viernes, 28 de diciembre de 2012

EL PLACEBO Y LA PSICOTERAPIA MEJORES QUE LOS ANTIDEPRESIVOS

Irving Kirsch, profesor de la Universidad de Conneticut y de la Universidad de Hull y una gran eminencia de la psicología internacional, cuestiona los modelos de enfermedad mental y la práctica médica habitual basada exclusivamente en la intervención farmacológica en el tratamiento de la depresión.

Los resultados que arrojan  las investigaciones llevadas a cabo por este experto y por su equipo de investigación, además de los de  otros muchos investigadores,  muestran que los antidepresivos tienen un efecto significativo sólo para una minoría de pacientes con depresión, beneficiándose de sus efectos sólo un 10-15% de los pacientes con depresión mayor.

Un resultado de sus investigaciones, y que pone en tela de juicio el papel de los antidepresivos en la depresión frente a otras terapias, es el referente a que tanto los antidepresivos que aumentan el nivel de serotonina como los que lo disminuyen tienen la misma eficacia en la depresión, cuestionándose entonces el uso de estos fármacos tan populares.

Según este experto, los mejor que pueden hacer la mayoría de pacientes con depresión mayor es, en vez de tomar antidepresivos, tomar placebos (respuesta a la administración del fármaco atribuida a las características psicológicas propias de la administración y no a la composición química del medicamento) ya que estos últimos producen prácticamente la misma mejoría pero evitan los efectos secundarios y los riesgos sobre la salud que producen estos psicofármacos. De hecho, uno de los hallazgos más sorprendentes es que los placebos pueden ser eficaces incluso cuando el paciente sabe que se le está suministrando un placebo, siempre y cuando se le dé una explicación de lo que se le está dando en un entorno terapéutico cálido.

En esta línea, Kirsch afirma que los antidepresivos no deberían ser un tratamiento de primera elección en la depresión. En su lugar, deberían utilizarse tratamientos como la psicoterapia, usándose los antidepresivos como último recurso y sólo cuando el resto de tratamientos menos invasivos no hayan funcionado.

Esta línea de investigación que Kirsch y su equipo de investigación ha puesto en marcha y que está revolucionando la interpretación de los resultados de la literatura científica en depresión, ha levantado ampollas entre los médicos y psiquiatras. Según este experto, los médicos todavía se inclinan rápidamente por prescribir antidepresivos a los pacientes que están ligeramente deprimidos sin explorar anteriormente otras terapias alternativas. Para Kirsch, cambiar esta práctica es un proceso lento ya que se sigue produciendo, al menos en el Reino Unido, a pesar de que las directrices de tratamiento oficiales indiquen lo contrario.

Desde nuestro gabinete pensamos que el uso de antidepresivos debe producirse, como piensa Kirsch, como último recurso. Esto no significa que neguemos el papel de estos psicofármacos, al revés, aceptamos y proponemos (siempre a juicio del facultativo correspondiente) su uso siempre y cuando sea necesario a modo de soporte, ayuda o "muleta" a la psicoterapia mientras que ésta no sea del todo eficaz debido a la gravedad del trastorno o de sus características particulares, debiendo remitirse su uso cuando la terapia psicológica muestre su eficacia.

 
Fuente: Infocop

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